Magia… Otra vez nos la volvió a jugar. 58 años dicen algunos. 59 otros. Quizá las arrugas de su cara den fe del paso inclemente del tiempo. Quizá sus conciertos estén medidos por un cronometro intolerante. Las 3 horas de media han dado paso a las dos y poquito… Pero su fuerza, su buen hacer, su contundente guitarra, su voz rasgada y potente… Magia…
Ayer, Clifford (le debo el haberme conseguido la entrada… y eso supone mucho para mí) y el que suscribe, flotamos literalmente al son que nos dictó ‘el jefe‘. Salió con casi media hora de retraso, pero no nos supuso ningún problema… Es más, hizo que su aparición fuera más apoteósica si cabe… El BEC estalló en un clamor indescriptible (aunque yo no disfrute de la algarabía ya que justo me habían llamado de la guardia… grllll). Hizo lo esperado… Saludó al respetable con un «Gabon Bilbao» (que no Barakaldo, jejeje) y ni corto ni perezoso se lanzó a rasgar la guitarra con los primeros acordes de ‘Radio Nowhere‘, primer single de su último álbum ‘Magic‘. Decir que este disco no es «rockero». En absoluto. Es «popero» (salvo éste tema) pero que no desmerece en absoluto. Y nos pusimos a ello. A saltar, a palmear (como nos dejamos las manos, ¿eh, Cliff?), a corear… Entramos en un estado de éxtasis… Bruce nos encaminaba de la manita directos al Nirvana…
Y concatenó cuatro temazos… Así, de la misma: la mencionada, ‘Night‘, ‘Lonesome Day‘ y ‘Gypsy Biker‘. Lo cual complicaba el afinado de los instrumentos que hasta la quinta canción no fue casi perfecto… Luego ya me dio exactamente lo mismo… La expectación por cual sería el siguiente tema con el que nos deleitaría duró todo el concierto. Je, cuando comenzó con la intro de ‘La Grange‘ -¿quién no la ha escuchado brotando de las guitarras de los ZZ Top)?- para dar paso a ‘Reason To Believe‘… Bufff… ¡Qué subidón!, qué clase, que tablas tiene el tío… Como nos llevaba en palmitas a donde quería… Y nosotros nos dejábamos llevar… Como para no…
A grandes rasgos, nos ofreció varios temas de su último disco intercalados con temazos -‘She’s The one‘… preciosa- de sus grandes éxitos… Indescriptible la aceptación del público -y del menda lerenda- de ‘The Promised Land‘ o ‘Backstreets‘ o ‘Badlands’… Pero su inclusión seguía un propósito. En general toda esta gira: político, como no… Campaña para destronar a Bush, contra Irak, bla, bla, bla… Esas cosas me sobran, y en general a todos nosotros que vivimos al otro lado del océano teniendo nuestros propios problemas en casa. Pero no es más que una anécdota, lo mismo que mi comentario. Su música, sus canciones siempre han sido reivindicativas y quizá por ello tienen tanta fuerza y sentimiento… Adjetivos que son realmente los que me atraen… Eso de crecer en las calles… Lo más cercano cuando salía a jugar a la plaza de Indautxu… Sin más.
Volviendo a lo importante… Impecable el cierre de la primera etapa del concierto con la ya mencionada ‘Badlands‘. ¡¡¡GRANDIOSO!!! Para cinco minutos después comenzar (con camisa limpia) con ‘Girls On Summer Clothes‘ de su último disco. Homenaje o guiño a la ‘Beach Music’ (que parece gustarle desde siempre, o eso dice) y dedicado a las mujeres de Bilbao (así lo hizo notar), al que me uno respetuosamente. ‘Tenth Avenue Freeze-out‘ me dejo un poco frío -de verdad- para calentarme de sopetón con el momento más memorable de mi ya no tan corta existencia (mirar si es triste, jejeje)… ‘Born to run‘. La clavó. Ni un minuto de más ni una gota de menos de su grandilocuencia. Espectacular. ¡¡¡BRUTAL!!! No es una canción normal. Es una sinfonía. Lo tiene todo y sonó exactamente igual que el directo ’75-85’… Las guitarras, el piano, la cohesión de más de 30 años de experiencia elevada al infinito y más allá… Y para más INRI, como colofón, ni un suspiro entre canciones… ‘Dancing In The Dark‘… No me quedan palabras… Ni voz… Reprimiendo las lágrimas a base de gritar cual poseso los renglones nada torcidos del Boss… Para mí el concierto había terminado… No podía acabar de otra manera… Aunque no lo hizo… Tocaba sesión de Karaoke con ‘American Land‘… Muy bailable en plan corrillo, con mucha carga política también, pero también muy divertida y marchosa…
Y así terminó. Lo intentamos. Intentamos marcar la diferencia. Le gritamos, le imploramos… Queríamos ser más que el resto de las ciudades por donde ha dejado su buen hacer… Conseguimos que saliera a saludar… Pero nada más… Ni un bis más… Se hizo lo que se pudo pero… Todo lo bueno tiene que terminar… Y así lo hizo una noche mágica. Para recordar «forever and ever»…
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