Hace unos años tuve ocasión de ver un curioso documental sobre los efectos perniciosos de la comida basura en el organismo humano, lo protagonizaba Morgan Spurlock y se titulaba «Super Size me», ¿lo recordáis?
Pues yo no pienso tirarme 30 días escuchando a Justin Bieber ni por toda la cerveza del mundo, hasta ahí podíamos llegar. Pero si que os voy a hablar del máximo y mas ridículo exponente, a día de hoy, de lo que llamo «fast ugh» o «arcada industrial», que es como denomino a la no-música prefabricada, prefrita y ultracongelada, elaborada por la mal llamada Industrial Musical para el consumo de las masas de prepúberes y no tan púberes con escasa o ninguna cultura, musical o de cualquier otro tipo.
No se porqué, pero tengo miedo por el osito.
Pero para ponernos en antecedentes os cuento quién es el tal Justín (no, no es una errata)…
Justín Bieber nació el 1 de marzo de 1994, lo que indica que fue concebido allá por el mes de junio de 1993, no es que sea una gran añada, que yo recuerde aquel año hizo un calor de la ostia, por desgracia, como todos sabemos, a veces los polvos traen unos lodos que pa’ qué. Es oriundo de Canadá y, que se sepa, dicho país aún no ha pedido disculpas ni ha ofrecido compensación alguna por este hecho.
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(Tranquilos chicos, nosotros tenemos a «Gustamante», así que os perdonamos, una mala tarde la tiene cualquiera).
Pues bien, este pequeño anticristo musical, criado por una muy cristiana madre soltera (curioso, ¿eh?), empezó muy joven (es un decir, apenas ha empezado a echar pelusilla en las partes) a demostrar su afición por la no-musica. En concreto por sus vertientes mas moñas y rancias, véase Juntín (ahí va, otro) Timberlake, Usher…, hasta que en 2006 a la avanzada y madura edad de 12 años gano un festival local de canto, su madre tardó dos nanosegundos en empezar a colgar versiones en el YouTube de su nene cantando a los anteriormente citados, a ver si alguien se fijaba en él.
Empezamos bien , ¿verdad? No se porqué, esto me recuerda a algo…………….
Si hay algo que en esta vida me revienta son los «niños prodigio» , ya sabéis, esos hijos de padres frustrados y resentidos con la vida que vuelcan sus pútridas fantasías en las mentes de sus indefensos hijos, «animándoles» a hacer aquello que ellos no se atrevieron o no fueron capaces de hacer. Esto se da mucho en el mundo de las bellas artes, como todos sabemos. No hace falta que te hagan un «farinelli» a lo bestia, la castración mental es mucho mas eficaz. Y si no que se lo pregunten a Marisol, Joselito o Macaulay Culkin.
A lo que íbamos, cuando finalmente, en el 2007 un ejecutivo con nombre de motocicleta (Scooter Brown), encontró en el tubo un vídeo de los suyos, mientras buscaba porno filipino (esto último no ha podido demostrarse), no tardó ni un instante en localizar a la criatura, y proponer a su muy devota madre (Pattie Mallette) ponerle un álbum al nene y un pisito en Atlanta a los dos. Pattie lamentó muchísimo que no hubiera sido un «sello cristiano» el que se hubiera fijado en él (o eso dice), pero no se lo pensó mucho, no. A falta de dios, buenos son diablos.
Para no extendernos demasiado diremos que grabó una «demo» para RBMG y, tras dura pugna entre distintos sellos y representantes por quedarse el pequeño engendro (cosa en la que parece, su pía mami no puso ningún reparo), en julio de 2009 lanzó su primer sencillo «One Time» que fue todo un exitazo en el mercado nerd. A finales de año publicó el álbum: «My World».
No me da la gana poner ninguno de los dos, os buscáis la vida.
Desde el mismo momento de la publicación de su primer sencillo el amigo Justín ha venido gozando de una repentina e inmerecida fama que, si lo pensamos bien, era totalmente inevitable, toda vez que se trata a todas luces de un producto prefabricado por un sello discográfico para una audiencia ñoña e inculta, compuesta principalmente por quienceañeras (y quinceañeros también) con mas hormonas que neuronas en funcionamiento. Esto ultimo no es censurable, al fin y al cabo todos hemos sido adolescentes aunque no queramos recordarlo. Lo que si lo es, es el despliegue mediático y de marketing para hacer caja en base a feromonas, prostituyendo la música y convirtiéndola en una fulana fea y desdentada que nada tuvo que ver con la que fué.
¿La piratería se está cargando la música? Anda y no me jodas, la música se la cargaron los medios y las «majors», desplazando a los músicos verdaderos y creando modas artificiales para subproductos cutres y horteras, como cualquiera de los que se pueden oír en las radiofórmulas o ver en la tele. Es de vergüenza lo que intentan colarnos como música: ritmos repetitivos e insulsos, estribillos machacones, letras subnormales…, hasta que ya sabéis, como las modas, poquito a poco todo va calando.
¿Que exagero? Piensa en como era el panorama musical español, por poner un ejemplo, antes de OT y como ha sido desde entonces.
¿Queda claro?
¿Que porque la tomo con el chico este?
Pues porque, como ya dije antes, es el mas reciente y máximo exponente de esta cultura musical (y no solo musical) de gilipollas que intentan inculcarnos, no ya aprovechando la ignorancia, si no creándola a propósito para explotarla a modo.
Un soseras de niño, con un par de canciones insulsas y ñoñas, que en dos días no solo copa listas de éxitos si no también los medios hasta el punto de haberlo visto en cabeceras de informativos «serios». Centenares de clubes y páginas de fans histeric@s y ultradicales, llamados a si mismos «beliebers» coronan el fenómeno, unos son adolescentes, otros son pederastas y otros sencillamente imbeciles.
A día de hoy Benedicto no ha dicho nada sobre el chico, pero siendo como es un lord Sith, sospechamos que seguirá su carrera con sumo interés.
¡¡¡Pero no se vayan todavía amiguitos, aún hay mas!!!
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En breve, se estrena una peli sobre su vida, sí, ¡sobre su larga y fructífera vida! Y en 3D, por supuesto.
Sobran los comentarios, ¿verdad?
Pero del mismo modo en que Pandora tras abrir la caja y liberar todos los males del mundo, encontró en el fondo de ella, la esperanza, no todo ha sido estupidez y babeos incontrolados. Si bien no es la primera vez, ni de lejos, que las discográficas hacen algo así, en esta ocasión el tamaño de la mierda que están intentando colarnos es tan épico, que no poca gente se ha rebelado: sus vídeos en YouTube y otras plataformas son continuamente abrasados a votos y comentarios negativos (uno de ellos tiene el record de votos negativos de toda la historia de Youtube), se crean clubes de «antifans» por docenas en todas las redes sociales, sus campañas de publicidad son saboteadas y cualquier estupidez cometida por Justín es rápidamente puesta en evidencia por toda la red.
Existe todo un movimiento «antiBieber» y, como de costumbre, la punta de ataque han sido los metaleros, contra los que cargó Justín en una ridícula carta dirigida a James Hattfield de «Metallica», que fue contundéntemente contestada por éste y que a buen seguro, muchos conocéis.
Si, lo sé, a mi también me han dado ganas de soltarle un bofetón, podéis hacerlo aquí.
(Nota: Según lo ultimo que he podido saber, se trata de un hoax, que de hecho solo existe en castellano. De todos modos se ha hecho tan popular tan rápidamente que delata las ganas de creérselo que tenia la gente).
No quisiera terminar este catalogo de los horrores sin animaros a pasar por alguno de los múltiples clubes de antifans de Justín que existen y regocijaros con este maravilloso vídeo, lleno de belleza y justicia.
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P.D:
¿Que cada cual tiene sus gustos? Indudablemente, lo mismo ocurre con la comida, dadas las barbaridades que facturan las cadenas de comida rápida es evidente que gustan a mucha gente, muchísima. Pero ya sabemos que no son buenas ¿verdad? La conclusión contraria nos llevaría directamente a alimentarnos de mierda, al fin y al cabo, 2.000 billones de moscas no pueden estar equivocadas.
Que sepáis que cada vez que ponéis la MTV, Justin Bieber viola un gatito.
